100 AÑOS DE CICLOS DE MERCADO: ¿QUÉ FUNCIONA MEJOR EN CADA MOMENTO?
Descubre las estrategias y activos que históricamente han demostrado ser más efectivos en diferentes ciclos de mercado.
En los últimos 100 años, los mercados han atravesado múltiples fases marcadas por variaciones en tasas de interés, inflación y crecimiento económico. Entender cómo reaccionan los activos y las estrategias en estas fases puede marcar la diferencia entre el éxito y el fracaso en nuestras inversiones. Este post se enfoca en responder a una de las preguntas más importantes: ¿Qué funciona mejor en cada ciclo del mercado?
¿CÓMO SE DEFINEN LOS CICLOS DE MERCADO?
Los ciclos de mercado se clasifican en función de tres variables clave:
Mercado alcista vs. bajista:
Este ciclo se define por el comportamiento general de los índices bursátiles, utilizando un cambio del 20% como referencia para distinguir entre fases alcistas (crecimiento sostenido) y bajistas (descenso prolongado). Un mercado alcista refleja confianza de los inversores, expansiones económicas y condiciones generalmente favorables. Por otro lado, un mercado bajista se caracteriza por caídas pronunciadas en los precios de los activos, mayor aversión al riesgo y, a menudo, recesiones económicas.
Inflación alta vs. baja:
La inflación, medida a través del índice de precios al consumidor (IPC), es una de las variables más importantes en los ciclos económicos. Se compara su nivel actual con la mediana histórica para determinar si estamos en un entorno de inflación alta (que erosiona el poder adquisitivo y genera volatilidad en los activos) o baja (que favorece una mayor estabilidad en los precios de mercado). La inflación alta suele beneficiar activos como materias primas y perjudicar bonos y acciones, mientras que la baja inflación crea un entorno más favorable para la mayoría de los activos financieros.
Tasas de interés al alza vs. a la baja:
Los movimientos de las tasas de interés, generalmente influenciados por las políticas de los bancos centrales como la FED, determinan los costos de endeudamiento y los flujos de capital. En un entorno de tasas al alza, los bonos suelen perder valor y las acciones enfrentan mayores presiones, mientras que las tasas a la baja tienden a estimular la economía y mejorar el rendimiento de los activos de riesgo. Estos ciclos de tasas también influyen en la fortaleza del dólar y, en consecuencia, en los mercados globales y las materias primas.
Estas combinaciones nos dejan con 8 estados posibles de mercado que guían las decisiones estratégicas en activos como acciones, bonos y materias primas.
RENDIMIENTO DE ACTIVOS EN DIFERENTES CICLOS
El análisis de los últimos 100 años nos muestra que diferentes activos financieros reaccionan de manera distinta en función del entorno económico. Variables como la inflación, la dirección de las tasas de interés y la fase del ciclo de mercado (alcista o bajista) pueden determinar qué activos tienen mejor desempeño en cada momento.
A continuación, veremos cómo han evolucionado bonos, acciones y materias primas en distintos entornos, con gráficos que reflejan la evolución de cada activo en función de las condiciones del mercado.
1. BONOS: PROTECCIÓN LIMITADA EN MERCADOS BAJISTAS Y SORPRESAS EN ALTA INFLACIÓN
Los bonos han sido históricamente una de las principales herramientas de protección en periodos de crisis, pero su comportamiento no siempre es predecible. Los datos muestran que:
📌 Los bonos han tenido su mejor desempeño en entornos de alta inflación.
Puede parecer contraintuitivo, pero esto se debe al alto carry que ofrecieron en la década de 1970 y 1980, seguido de un prolongado periodo de reducción de tasas hasta mediados de los años 90.
📌 En mercados bajistas, los bonos han sido más estables que otros activos.
Si bien pueden no haber generado grandes retornos, han mantenido su valor mejor que acciones y materias primas.
📌 El peor escenario para los bonos ha sido un mercado bajista con inflación en aumento y tasas en descenso.
Históricamente, este escenario ha coincidido con periodos de incertidumbre económica donde la deuda ha perdido valor rápidamente.
2. ACCIONES: EL IMPACTO DE LA INFLACIÓN Y LAS TASAS DE INTERÉS EN EL MERCADO BURSÁTIL
Las acciones han sido el activo con mejor desempeño a largo plazo, pero su rentabilidad depende en gran medida del entorno económico. En los últimos 100 años se han observado patrones claros:
📌 Los mercados alcistas han sido más rentables en entornos de tasas crecientes.
El gran bull market de 1945-1965 se produjo en un entorno de tasas en aumento, lo que sugiere que el crecimiento empresarial y la confianza del mercado pueden superar el impacto de tasas más altas.
📌 Los peores desplomes en bolsa han ocurrido cuando las tasas ya estaban en descenso.
El mercado anticipa las recesiones y la FED suele recortar tasas en respuesta a problemas económicos, pero esto no impide grandes caídas.
📌 Los mercados bajistas en periodos de alta inflación han sido particularmente destructivos para la renta variable.
El poder adquisitivo de los consumidores y empresas se ve afectado, reduciendo el crecimiento corporativo y, por lo tanto, las valoraciones.
3. MATERIAS PRIMAS: EL ACTIVO REFUGIO ANTE LA INCERTIDUMBRE
Las materias primas han mostrado un desempeño interesante en función de la combinación entre mercados alcistas/bajistas e inflación.
📌 Las materias primas han funcionado excepcionalmente bien en mercados alcistas con tasas crecientes y alta inflación.
Este es el escenario clásico donde las materias primas actúan como refugio y los inversores buscan cobertura contra la pérdida de poder adquisitivo.
📌 El peor entorno para materias primas ha sido un mercado bajista con inflación en descenso y tasas en caída.
Este es un patrón típico del final de un ciclo expansivo, cuando la demanda de materias primas se desploma debido a la desaceleración económica.
📌 Los periodos de "Boom & Bust" han sido clave para los ciclos de commodities.
Los repuntes suelen venir acompañados de aumentos en la demanda y ciclos de crecimiento, mientras que las grandes caídas suelen coincidir con desaceleraciones económicas globales.
CONCLUSIÓN: CADA ACTIVO TIENE SU MOMENTO
El análisis de los últimos 100 años confirma que no hay un solo activo que funcione bien en todos los entornos. En función del ciclo de mercado y las condiciones económicas, distintos activos han mostrado mejor o peor desempeño:
✅ Los bonos han sido un refugio en crisis, pero pueden no ser siempre la mejor opción.
✅ Las acciones han sido rentables a largo plazo, pero sufren grandes caídas en recesiones con inflación.
✅ Las materias primas han destacado en periodos de inflación alta y mercados alcistas con tasas en aumento.
Esto refuerza la importancia de una gestión dinámica del portafolio, donde se puedan ajustar las inversiones en función del entorno macroeconómico. Estrategias como la Asignación Táctica de Activos (TAA), que permiten cambiar la exposición a estos activos según el ciclo del mercado, pueden ser clave para optimizar rendimientos y minimizar riesgos.
Si bien nadie puede predecir el futuro, analizar el pasado nos ofrece valiosas pistas sobre cómo posicionarnos mejor. Invertir no se trata solo de acumular capital, sino de preservarlo y hacerlo crecer en un entorno dinámico y cambiante. ¡Mantente informado, evita los extremos de emoción y prepara tus estrategias para 2025 con un enfoque sólido y basado en datos!
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Un saludo y buenas inversiones,
Yago García